Tú no te olvidas de mi, pero yo de ti tampoco. A veces resulta que el
tiempo pone a cada uno en su lugar, pero tu siempre vuelves a mi vida,
siempre apareces cuando menos me lo espero, una tarde lluviosa o una
noche fría de invierno, ahora sé que estas lejos, lejos de mi y de todo
lo que yo podía ofrecerte, pero eso no hará que me rinda, porque el
mundo está lleno de débiles y yo no soy una de ellos. Hagamos un pacto sencillo: Yo prometo quererte cada día un poco más que el anterior, estar a
tu lado tanto en las buenas como en las malas, enseñarte a ver la vida
por la parte positiva siempre. Decirte lo que me encanta y quedarme sin
aliento tras los huesos. Prometo besarte y abrazarte cada día en las despedidas y cuando
lo necesites. También te prometo que lloraré contigo cuando estés mal,
aunque también reiremos a cada segundo de nuestras vidas al pasar
momentos inigualables, inolvidables e irrepetibles, momentos llenos de
sonrisas, besos, abrazos cariñosos y muchos, muchos sentimientos. Prometo estar a tu lado cuando te encuentres solo y nadie este a tu lado, cuando te encuentres desorientado y no sepas a quien acudir. Prometo dedicarte cada hora, cada minuto, cada segundo, cada sonrisa y cada beso. Prometo hacerte feliz, hacerte sonreír, que te sientas único y especial. A cambio, yo no te pido nada, solo que estés conmigo para siempre.
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