Y, de repente sientes que todo está mal, que no va a funcionar, decides
dejarlo y pasar página, decides pedirle que se olvide de ti, de lo
vuestro y que no te llame más, notas que desaparecen más de 10 kg de tu
cuerpo en cuestión de segundos sin saber que el tormento viene después.
Pasan las horas y sufres, más de lo debido, más de lo normal pero no lo
puedes evitar, lloras y te arrepientes, comes helado intentando calmar
el dolor que circula por tus venas, pero ni la dulce tarrina de
chocolate helado consigue animarte, te enciendes un cigarro, lo fumas
lentamente, intentando hacer formas con el humo para despistarte
mientras escuchas música alta en tu móvil o mp3 para intentar no
escuchar lo que hay fuera y simplemente cerrar los ojos y intentar tele
transportarte lejos, donde nada te hiere. Pasa el tiempo y te sientes
fatigada, cansada o incluso rota. Sientes el dolor en partes del cuerpo
que ni imaginaste y sin querer, vuelves vagamente a recordarle, y
recordar todo lo que vas a dejar de lado y los buenos momentos que
acabas de destrozar solo para "sentirte mejor" vuelves a llorar, vuelves
a herirte a ti misma y piensas: Ya está, ya no más lágrimas he echo lo
que debía y nada ni nadie podrá hacer que me eche atrás, pasan los días y
no tienes apetito, o simplemente, no concilias el sueño solo duermes
para tener pesadillas y intentas no hacerlo, no estás atento al trabajo o
al estudio, tampoco a las personas que te hablan porque tú solo estás
en tu mundo, no quieres dar explicaciones, no quieres hablar de ello
porque sabes que volverás a llorar, sonríes a unas malas para mostrar al
resto del mundo que estás bien y que dejen de preguntar pero realmente
los que te conocen saben que no estás bien y te siguen bombardeando con
preguntas que te hacen recapacitar. Tu orgullo te dice que no pedirás
perdón ni admitirás tu error ante esa persona pero tu corazón solo
anhela poder refugiarse del mundo en sus brazos y sí, quizás no sea el
mejor remedio pero es el que te pide tu corazón. Vuelves a casa, te
encierras en tu dormitorio y vuelves a poner la música a todo volumen
para evitar pensar, cantas y mientras cantas esa canción deprimente que
solo te recuerda a esa persona vuelves a llorar, vuelves a sentir ese
dolor agudo en la garganta que no te deja tragar con facilidad, vuelves a
notar como pierdes la coherencia y la fuerza cada vez más rápido, con
cada lágrima más solo sientes dolor, un dolor que quizás no sea como una
herida en el brazo pero sí en el corazón. Y así pasan los días,
intentando pensar si deberías o no arreglarlo, pero casi nunca lo
hacemos, la mayoría de las veces dejamos en el pasado lo que podría
haber sido un bonito futuro por solo: "sentirnos mejor", el ser humano
no es perfecto, ningún ser vivo lo es en el planeta, pero si algo
realmente puede sentir, es el dolor del amor.
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