Todavía me hace sonreir el hecho de recordar aquella mañana en la que
nos dormimos al alba los dos juntos descansando en el mismo lecho,
recuerdo como abri los ojos, te mire y seguias dormido, bese dulcemente
tus labios y me levanté, me puse tu camiseta ancha, la cual me tapaba
justo la ropa interior y salí al comedor con el moño mal hecho y los ojos
cerrados, me cogí una taza de café, me encendí el último cigarro que me
quedaba y me salí a fumar a la terraza sentada en aquella silla que
tenía para mis lecturas al aire libre. Recordaba en mi mente como
aquella noche me hiciste la mujer mas feliz del mundo, como acariciabas
con tus yemas mis mejillas y la comisura de mis labios, me estremecí al
recordar como besabas mi boca despues de pasar el tiempo hablando y
sonriendo sin más y como terminamos haciendo el amor cuando la luna
llena entraba de pleno en el dormitorio, quizás debía pensar con calma
tu propuesta, la de vivir contigo pero si algo tenía claro, es que no
pasaría ni un solo minuto en que no fueras feliz a mi lado porque ver tu
sonrísa me hacia sentirme especial. Viniste a la terraza, me abrazaste
por detras y besaste mi pelo, me robaste uno de tus dulces y prohibidos
besos y te sentaste junto a mi mientras fumabas a mi lado. Nunca te lo
dije, pero desde ese momento, diste sentido a mi vida. Desde el
primer momento en que te conocí supe que serías para mi, no sé si me
llamó más la atención tu ropa ancha o tus tatuajes sobre esa piel que
deseaba besar, quizás el motivo por el cual mis ojos brillaban tanto
como tú decías era por la sonrisa que tus labios dejaban ver cuando me
hablabas. No recuerdo en que instante fue en el mordiste tus labios
mientras sonreías pero te prometo que quise morir en ese instante, sentí
que todo se desvanecía bajo mis pies que nada ni nadie podría pararme
hasta que consiguiera robarte un beso, me invitaste a tu casa, subí y
pusiste esa música que tanto nos calmaba a ti y a mi y que sin darnos
cuenta era nuestra favorita, me invitaste a fumar y acepté, observabas
como mi carmín rojo dejaba la huella de mis labios sobre el cigarro.
Pensaba que no podría sentirme más afortunada en ese momento y entonces
acariciaste mi pelo, me miraste y me besaste. No sabes el escalofrío que
recorrió mi cuerpo en ese instante, mi cuerpo levitaba y dejaba atrás
todos los problemas que tenía, me besabas dulce y suavemente, me
invitabas al mismo paraíso en el que te encontrabas y no sé si estaba
borracha de amor por ti o simplemente algo me dijo que había encontrado
el amor de mi vida. Así pasamos las horas y así quería permanecer el
resto de mi joven vida, por primera vez me sentí amada, me sentí mujer y
descubrí que detrás de pequeñas cosas se encuentran los instantes mas
bonitos y tú, mi amor, habías estremecido mi cuerpo solo con el contacto
de tus labios en los míos.
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