Era una noche fría, de mucho aire y oscura, recuerdo perfectamente como a
las once de la noche no podía verse un alma por la calle, solamente
niebla acompañada de su fiel amiga la soledad, vagabundeaba solo por las
calles en busca de dios sabe que o quien, esperando que sus letras
llegaran a cada persona indicada después de su marcha, esperando solo y
únicamente que el dolor cesara y que el aire se llevara sus lágrimas
dejando su frío y gélido cuerpo erguido en mitad de la carretera. El
corazón le latía cada vez más deprisa, al igual que sus miedos que
avanzaban rápido como un deportivo en mitad de una carretera abandonada,
en una de esas rutas que no aparecen en los mapas, derrapando y dejando
atrás todos sus miedos, así se encontraba él. Recordaba cada palabra de despedida de cada carta, cada ánimo que daba a
sus seres queridos sin darse cuenta de lo que realmente planeaba, huía
como un cobarde de los problemas, pedía al cielo y a las estrellas cada
noche poder desatascar su mente, poder ver la luz al final del camino
guiándole, pero esa luz no llegaban nunca, ya nada le motivaba, nada
podía hacerle sentir bien, el alcohol no le servía para armonizar su
mente, nada podía hacerle sentir bien. Solo pensaba en desaparecer, en
dejar toda esa pena aparcada y ser un alma libre, ignoraba que otros
rezaban por su alma, ignoraba el daño que iba a hacer al mundo si se
iba, ignoraba que todos le necesitaban. Quizás si hubiera luchado más, quizás si no se hubiera rendido ahora
todo sería diferente, pero el mundo no esta echo para los quizás, ni
para los a lo mejor, el presente hay que vivirlo, día tras día, luchando
y descansando, recibiendo cada palo y levantándose, el futuro es un
simple adelanto del presente que hoy en día podemos encontrarnos cuando
abrimos los ojos, el futuro no llega, llega el presente, el pasado nos
deja, con marcas de guerra, que nos hacen recordar una historia que
contar, pero ante todo, el día a día es el que tiene que llenarnos,
aprended, vivid, sed felices, pero no olvidéis luchar, ni abandonar. No
tiréis la toalla, utilizadla para secaros y volver a luchar. Sé valiente
y no dejes que te pisoteen. Solo así conseguirás llegar a lo más alto.
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