Y en unas milésimas de segundo todo se tornó gris y oscuro y nada podía
hacerme retroceder, pensé que todo había terminado que volvía al claro
rincón de mi mente donde podía al fin pensar con tranquilidad donde ya
nada podía herirme, donde nada me afectaría y mis sentimientos y
emociones se guardaron para siempre bajo llave en el fondo de mi mente,
mi corazón dejaba de latir y era sustituido por un inaudible tic-tac
similar al del reloj; un reloj próximo a su eterno silencio, un reloj
que no volvería a funcionar como el primer día. Dicen que a la tercera
va la vencida pero yo no veo el momento de dejar atrás lo malo y
comenzar el nuevo, hoy, la tercera guerra mundial estalla en mi cabeza,
la típica pelea de razón y corazón. Siempre pensé que podría con todo,
que luchar no sería más que una simple pelea fácil de ganar, y tienen
razón cuando dicen que no se aprende con los daños si no con los años.
Ok, stop, no quiero aprender más, soy un insignificante punto en el mapa
que es manejado como un titere por sus emociones y por los golpes, no
quiero luchar, no quiero aprender, no quiero madurar, quiero volver a
los años en que no entendía nada y colorear era mi único pasatiempo.
¿Que ha sido de eso? ¿Que ha sido de la fantasía, los sueños, las
esperanzas las aventuras? Todo lo que me hacía sentirme bien, en el
fondo era una mentira, nunca somos felices, nunca tenemos suficiente,
siempre queremos más, siempre queremos llegar a lo más alto por el más
rápido de los caminos, estoy cansada de luchar y de sonreír de soñar
con cosas imposibles, no quiero seguir aqui, quiero llegar lejos con tan
solo parpadear, quiero poder decir que soy feliz y no mentir, quiero
vivir. Nada es fácil, nunca es tarde, todo tiene solución, y una
MIERDA, ¿Para que luchar? ¿Para que las guerras, las competencias, las
cosas que poco a poco destrozan nuestro pequeño mundo, que hay de todo
lo que un día quisimos conseguir y nos quedamos con las ganas? Porque la
maldad abunda más que la bondad, porque el odio está presente en la
mayoría de nosotros, porque el querer más ya es normal, es difícil vivir
con esto. es duro recordar día a día que no acabará la tortura, que no
puedo dejarme ganas, no puedo despistarme porque en ese momento es en el
que irán a por mi y creo firmemente que ha llegado el momento de luchar
por última vez, de dar el último intento, y si no funciona prometo dar
le paso y caer al abismo, prometo que no me rendiré ahora necesito
terminar con esto.
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